El envejecimiento de la piel, las manchas, la piel deshidratada son problemas habituales para muchos pacientes. Con el paso del tiempo la piel cambia por varios motivos; a continuación, enumeraré los más comunes:

• Nuestra herencia genética: Los signos intrínsecos del envejecimiento son esas líneas finas que suelen aparecer bien entrados los veinte o a principios de los treinta, que es cuando la piel empieza a perder firmeza.
• El estilo o tipo de vida, factores como el tabaco, el estrés, la mala alimentación, aceleran el proceso de envejecimiento de la piel. Es importante mantener una dieta rica en antioxidantes: contenidas en alimentos como los carotenos, flavonoides, pescados de aguas profundas, chocolate amargo, frutos secos, y en general la conocida “dieta mediterránea” logra milagros en la velocidad en la que envejecemos.
• A pesar de que en pequeñas dosis, la radiación ultravioleta resulta beneficiosa, al ser esencial para la producción de Vitamina D y para la mejora nuestro estado de ánimo, La exposición extrema a la radiación ultravioleta (radiación UVA y UVB solar) provoca arrugas, flacidez, pérdida de elasticidad y aspecto deshidratado de la piel. Este envejecimiento producido por el sol, se le llama fotoenvejecimiento.
• El tiempo: A medida que pasan los años, las líneas de expresión se profundizan y el rostro cambia de forma debido a la pérdida o reubicación de la grasa que se encuentra por debajo del cutis y por la reabsorción de los huesos de la cara

Realmente no se puede detener el paso del tiempo pero si podemos disminuir los signos de la edad mediante tratamientos y procedimientos realizados en nuestro consultorio, te invito a profundizar en los mismos ingresando en el link ESTÉTICA FACIAL.